domingo, 14 de agosto de 2011

Cap.3 Reconciliación y gaviotas

Ángel se acercó sigilosamente a la espalda de Aaron, que fingía que estaba colocando el maletero. Le pasó las manos suavemente por la espalda y cuando se abrazó a su cuello por detrás él se giró
-No te enfades con nosotras por culpa de Pulgi… que perrito más rebelde…-Ángel puso cara de pena, y Aaron no pudo evitar sonreírle, se besaron.
Un ladrido los desconcentró… Aaron gruñó al perro que se fue asustado y los dos empezaron a reírse nuevamente.
-Ángel, amor… si me sigo riendo tanto va a darme algo.- Y se rieron más aun
Mientras, Lena se acercó a los baños, estaban desiertos a excepción de Miki, que fingía colocarse el pelo.
-¿Quién es un enfadica?-Dijo Lena mientras le miraba desde debajo del marco de la puerta.
-Jajaja asique quieres guerra…-respondió acercándose a ella.
La abrazó por la cintura y en vez de besarla como ella esperaba, la hizo cosquillas. Lena se reía y gritaba tan fuerte que no se dieron cuenta de que un señor les observaba mientras cambiaba el peso de un pie a otro
-Disculpen… ¿Perdonen?... ¡Por favor!- ahí sí se dieron cuenta.-Necesito usar el baño…
Los dos salieron riéndose por lo bajo y se juntaron a la otra pareja en el coche.
-¿Y bien?- preguntó Aaron-¿seguimos nuestro viaje?
Los cuatro asintieron, apenas podían contener la emoción de las vacaciones que se avecinaban.
Nada más retomar el trayecto, las chicas se quedaron en estado vegetativo de nuevo, poco después Mikael empezó a roncar… Aaron puso la música alta y se empezó a cantar pese a tener un público tan poco entregado.
Pasadas unas horas, paró el coche y despertó a un Miki que parecía un oso de tan fuerte como roncaba.
-Te toca conducir.
-¿Y esa música?-Le miro burlón.-
-Pues lo que echan en la radio.
Se cambiarón de sitio y siguieron el viaje cantando a todo pulmón una canción de Lady Gaga.
Lena se despertó un momento, se rió un poco y se volvió a apagar, feliz porque los chicos congeniaran tan bien. Al rato Aaron se quedó profundamente dormido, lo que no impidió a Miki seguir con su concierto.
Todos se despertaron al poco de que empezaran a divisarse las gaviotas, nadie dijo nada, pero los cuatro sentían un ligero cosquilleo en la boca del estómago.

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