lunes, 22 de agosto de 2011

Cap. 4 el peso del equipaje

El olor del mar se adhería a sus pieles, el Sol brillaba de otro modo y ellos llenaban sus pulmones con el aire de la libertad.
-¡Ya estamos! No me lo creo… ¡Hemos llegado!- Lena expresó en voz alta lo que todos pensaban… Por fin, el verano de sus vidas, acababa de comenzar.
Atravesaron la ciudad y después se alejaron un poco siempre en paralelo a la costa
-La casa está en los alrededores, explicó Aaron.
El coche se detuvo frente a una de las últimas casas, era gigantesca y blanca. A su alrededor había unos semimuros también, en ese color, rematados por unas placas de cristal. Aunque igual podrían haber sido muros de piedra, porque había tantos árboles y arbustos que no se distinguía el interior.
-Gu-a-u…-La reacción de Angel complació a Aaron, que orgulloso, abrió la puerta de la verja exterior y la de la casa, seguido por las chicas.
Mikael les observó alejarse y se rió incrédulo ante la certeza de que le tocaría a él pasar los equipajes, abrió el maletero, vio las grandes maletas… y volvió cerrarlo sin hacer ruido. Entro corriendo en la casa tarareando una cancioncilla como si no pasara nada.
Encontró al trío en lo que debía de ser la cocina, Aaron contaba batallitas y fanfarroneaba ante las dos chicas que casi babeaban ante el estilo moderno y americano de toda la casa. Miki se acercó a Lena y la pasó un brazo por los hombros, entonces ella se percató de su presencia y le dedicó una de sus encantadoras sonrisas.
-Amor… haz el favor de meter el equipaje mientras Aaron nos enseña la casa porfi.- su cara era realmente digna de ser grabada, cuando iba a replicar ella le dio un leve beso en los labios- Te quiero.- y se fue tras su guía a ver las habitaciones.
La casa o mansión contaba con tres habitaciones, cada una con baño, y dos cuartos provistos de camas por si las moscas, cada una decorada según un color, pero todas muy parecidas. La primera que le enseñó estaba diseñada en azul marino y negro, una gran cama de edredón azul presidía el dormitorio, a cada lado de esta había una mesilla de noche en color negro, las paredes eran del color de las noches lejos de las ciudades, y estaban sembradas de dibujos blancos que simulaban el mar y el cielo; una lámpara de araña colgaba elegantemente del techo. Lejos de los pensamientos poéticos y mágicos que la habitación inspiraba en Lena, su amiga hizo un comentario poco apropiado…
-Pero si parece el escenario de una peli porno.-comentó más a los espejos que había encima de cada mesilla y en el techo.
- De noche esta habitación debe ser increíble… - Aaron miró a Lena con aprobación.
La segunda y la tercera eran bastante parecidas entre ellas, se diferenciaban básicamente por los colores. Una era naranja, amarilla y verde lima, todo colorido. Contenía dos camas gemelas, una a cada lado de la puerta; una armario de dimensiones megalíticas, un escritorio y dos cómodas, a parte de muchos espejos en las paredes y en el techo. En el medio de la habitación, podía verse una alfombra con círculos de colores… Las chicas intercambiaron una mirada de placer.
La tercera habitación era similar, pero en turquesa, rojo y blanco. Las habitaciones para “invitados imprevistos” eran bastante más austeras, en blanco y añil aunque desde luego nada comprado en las rebajas.
Miki consiguió meter dentro todas las maletas, primero lo intentó con tres a la vez, pero no fue capaz de levantarlas, después con dos… y acabaron en el suelo él y las maletas. De modo que las fue metiendo dentro de una en una… con mucho trabajo y muy despacito. Para cuando terminó apenas era capaz de erguir la espalda. Se sentó en las escaleras a descansar, justo en ese momento bajó la tropa por ellas.
-Amore –Lena se colgó de la espalda de Miki intentando llegar a darle un beso desde atrás
-¡Auch! Cariño… Duele

domingo, 14 de agosto de 2011

Cap.3 Reconciliación y gaviotas

Ángel se acercó sigilosamente a la espalda de Aaron, que fingía que estaba colocando el maletero. Le pasó las manos suavemente por la espalda y cuando se abrazó a su cuello por detrás él se giró
-No te enfades con nosotras por culpa de Pulgi… que perrito más rebelde…-Ángel puso cara de pena, y Aaron no pudo evitar sonreírle, se besaron.
Un ladrido los desconcentró… Aaron gruñó al perro que se fue asustado y los dos empezaron a reírse nuevamente.
-Ángel, amor… si me sigo riendo tanto va a darme algo.- Y se rieron más aun
Mientras, Lena se acercó a los baños, estaban desiertos a excepción de Miki, que fingía colocarse el pelo.
-¿Quién es un enfadica?-Dijo Lena mientras le miraba desde debajo del marco de la puerta.
-Jajaja asique quieres guerra…-respondió acercándose a ella.
La abrazó por la cintura y en vez de besarla como ella esperaba, la hizo cosquillas. Lena se reía y gritaba tan fuerte que no se dieron cuenta de que un señor les observaba mientras cambiaba el peso de un pie a otro
-Disculpen… ¿Perdonen?... ¡Por favor!- ahí sí se dieron cuenta.-Necesito usar el baño…
Los dos salieron riéndose por lo bajo y se juntaron a la otra pareja en el coche.
-¿Y bien?- preguntó Aaron-¿seguimos nuestro viaje?
Los cuatro asintieron, apenas podían contener la emoción de las vacaciones que se avecinaban.
Nada más retomar el trayecto, las chicas se quedaron en estado vegetativo de nuevo, poco después Mikael empezó a roncar… Aaron puso la música alta y se empezó a cantar pese a tener un público tan poco entregado.
Pasadas unas horas, paró el coche y despertó a un Miki que parecía un oso de tan fuerte como roncaba.
-Te toca conducir.
-¿Y esa música?-Le miro burlón.-
-Pues lo que echan en la radio.
Se cambiarón de sitio y siguieron el viaje cantando a todo pulmón una canción de Lady Gaga.
Lena se despertó un momento, se rió un poco y se volvió a apagar, feliz porque los chicos congeniaran tan bien. Al rato Aaron se quedó profundamente dormido, lo que no impidió a Miki seguir con su concierto.
Todos se despertaron al poco de que empezaran a divisarse las gaviotas, nadie dijo nada, pero los cuatro sentían un ligero cosquilleo en la boca del estómago.

sábado, 13 de agosto de 2011

cap.2 calorías.

-Vais a engordar, chicas. -Dijo Miki levantándose para abrazar a Lena.
Las chicas compartieron una breve mirada de asentimiento y corrieron hacia ellos, tirándoseles encima a la vez que sonreían.
-Y vosotros os vais a empapar, chicos.- gritó Ángel mientras Lena empezaba una guerra de cosquillas.
Los viajeros que al igual que ellos habían parado a descansar y a rellenar los depósitos, los miraban casi con reproche, pero sus risas eran tan contagiosas y su felicidad tan palpable, que nadie podía evitar sonreír aunque fuera un poco.
En algún momento Aaron decidió que tenía hambre y se acerco a la máquina de comida precocinada que había al lado de la entrada de la tienda.
-¡Hamburguesa para todos!- Gritó mientras apretaba botones, los otros tres se miraron y volvieron a reír.
El calor era mortal, y las hamburguesas recalentadas estaban calientes, pero nada de eso parecía afectarles.
Las chicas no paraban de charlar y sonreír. No podían evitarlo.
Mikael y Aaron las observaban embobados hasta que una presencia cánida los asusto por detrás, gritaron asustando a las chicas, que gritaron también y casi se atragantan con la comida.
-Pulgi, ¡ven aquí! Siento que os halla asustado, mi chuchito es un rebelde... -La señora hablaba más para el perro que para ellos.
Una vez se hubo alejado, Ángel y Lena empezaron a intentar contener las carcajadas, pero las era imposible, sus pelos ahora encrespados y secos se les ponían en la cara y las estorbaban. Los chicos ofendidos miraban al suelo sin saber muy bien de que se reían...
-¿Pulgi?- dijo Angel intentando respirar
-Mi chuchito- respondió Lena entre carcajada y carcajada
Ellos se sonrieron sin alzar la vista pues se sentían humillados
-¿Pulgi os ha asustado, chicos?
-Pero que malo el perrito... Se merece un castigo.
La burla les hizo enfadarse, Miki se fue al baño y Aaron al coche.
Las chicas se miraron... Ahora tocaba la reconciliación

jueves, 31 de marzo de 2011

cap 1. la gasolinera

Pararon a comer en una carretera, no les fue fácil despertar a las chicas, cuando lo consiguieron, estas fueron al baño, mientras Mikael compraba algo de comer y Aaron ponía más gasolina al coche
-Dios, tía, me siento como si tuviera resaca- dijo Angel mientras se desperezaba delante del espejo.
- ¿Estás segura de que no la tienes?- dijo Lena mojándose la cara primero, y después metiendo la cabeza debajo del grifo- ¡Uy! ¡Que fresquita!
Las dos estallaron en carcajadas y Lena sacudió la cabeza mojando a su amiga, que respondió iniciando una guerra de agua, que las costó el planchado casi perfecto al que habían dedicado una hora en sus casas.
-¿qué estarán haciendo ahí dentro?- preguntó Miki a Aarón, ambos estaban sentados a la sombra junto a la fachada de la gasolinera- ¿tu crees que se han fugado?
-pues lo mismo, en realidad las creo capaces, ¿tú crees que alguna vez piensan lo que hacen?- pregunto Aarón con un gesto serio y de consternación
-No- la rotunda respuesta de Miki los hizo tambien a ellos estallar en carcajadas.
En ese momento se abrieron las puertas de la gasolinera y aparecieron las chicas, completamente empapadas de agua y de felicidad, compartiendo una tableta de chocolate.

jueves, 24 de marzo de 2011

prólogo

Aquel fue el mejor verano de sus vidas, con el mar como horizonte, sin normas, sin padres, sin amigos, solo ellos cuatro, no existían los problemas, no existía el mañana... Solo existía el sol... el sol y sus sonrisas...
Todo comenzó varios meses antes, Angela y Elena llevaban planeando ese verano casi desde semana santa. Y ahí estaban, en un piso que los padres de Aaron tenían en la playa. Para que Elena no se aburriese se habían llevado a Mikael:
-no pienso ir de sujeta velas, Angel -fue la respuesta inmediata de Elena ante la propuesta-.
-Venga, Lena; nos podemos llevar a Miki, si quieres, claro…
Un mes más tarde ya estaba todo preparado: ya sabían la ropa que llevarían, que pendientes, que libros –como si fueran a tener tiempo de leer- …
-¿Qué? ¿a la playa, con tus amigos? nena, no me parece buena idea, ¿y que vamos ha hacer, dormir los cuatro en la misma cama?- esa fue la primera reacción de Miki
-en realidad… esa era la idea… -Miki amaba la forma de Lena de incluir a todo el mundo en sus planes.
Cuando Aaron se entero de que podría pasear por la playa con su Angel, su reacción fue:
-Eso es genial mi vida, conozco un montón de sitios maravillosos que tienes que ver, y tengo que preparar una cena solo para nosotros… ¡No aguanto las ganas!

El viaje en coche, tuvo ese color surrealista de las películas americanas, los cuatro en un coche viejo de segunda mano, cantando a voz en grito canciones que sonaban en la radio, y que en realidad no le gustaban a ninguno, las chicas tenían bajadas las ventanillas y miraban a los pájaros que volaban como los peces nadan en el mar, suspendidos en ese cielo azul intenso lleno de posibilidades, mientras sus melenas castañas se agitaban violentamente con el aire.
El Sol cada vez estaba más alto e incidía con más fuerza, a un poco menos de la mitad del camino, Angel se quedó dormida sobre el hombro de Lena, que se apoyó en su cabeza, y se quedó prácticamente en coma.un rato después pararon a repostar y a comer.